Tres
meses después de la entrada en vigor del certificado
energético obligatorio, sigue existiendo una cierta psicosis entre los
técnicos y mucha desinformación entre los propietarios de viviendas en lo que
respecta a esta normativa.
Desde
comienzos de año, existía una gran expectación por parte de los arquitectos y técnicos
que veían en la certificación
energética de edificios una tabla de salvación, dada la terrible situación
que sufre el sector de la construcción y los profesionales implicados en el mismo.
Hace sólo unos meses se multiplicaban los cursos y programas especializados en certificación energética, impartidos por colegios
profesionales y empresas privadas.
Cuando
en el mes de abril se conoció la fecha oficial de entrada en vigor del ansiado Real Decreto 235/2013, todo parecía indicar que no faltaría
trabajo para todos aquellos técnicos que apostaran por el certificado energético.
Tres
meses después de su entrada en vigor, las cosas no marchan como nos hubiera
gustado a todos. Cualquiera que se dedique a esto podrá comprobar cómo todavía
sigue existiendo gran desinformación entre la población respecto al certificado energético, debido a que desde el Ministerio de
Industria no se ha llevado a cabo una campaña de información eficaz que ayude a
comprender la naturaleza de esta nueva regulación, sobre todo cuando afecta a tantos
propietarios de viviendas.
A
día de hoy no falta el trabajo en la certificación
energética de viviendas, pero no en las condiciones que todos esperábamos,
ni el trabajo se paga tan bien como se hizo creer a todos. La posición
dominante de bancos y grandes inmobiliarias a la hora de negociar e incluso
imponer precios de derribo para los certificados
energéticos de sus inmuebles, ha provocado que los honorarios hayan bajado
considerablemente. Esta situación, unida a que los técnicos
de certificación energética no encuentran todo el trabajo que esperaban
debido a la fuerte competencia, ha provocado el desánimo en algunos de ellos.
Creemos
que es el momento de pedir paciencia a los propietarios de viviendas y a los
profesionales del sector, puesto que será cuestión de tiempo que el certificado energético termine de implantarse y que el
coste del certificado de eficiencia energética se estabilice a
niveles más razonables, haciendo que sólo los profesionales que se dediquen con
más intensidad y medios a certificar viviendas perduraren en el tiempo.
Por nuestra parte, seguiremos trabajando para acercar el certificado energético a los ciudadanos y para dar el mejor servicio a todos los clientes que nos reclamen este servicio.
Más información en nuestra web de certificación eficiencia energética en Madrid.
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